Un dilema ético

Carta abierta a:

Doña Miriam, abuela materna de Dana Lucía

Con copia a Margarita (madre), y Mario (abuelo materno).

Con copia a Doctora Ana María López, Comisaria de Familia de Sevilla – Valle

 

He estado pensando muchísimo en estos últimos días respecto de cómo escribir esta misiva y no es sencillo, de hecho estratégicamente es un error (como ya se podrá vislumbrar en múltiples puntos más adelante, al destapar las cartas), sí pienso en el caso de Dana Lucía como una “guerra jurídica” que quiero “ganar”.

 

Ahora bien, desde el fondo de mi corazón no se trata de eso, de ganar, se trata de ciertos derechos que hay que defender, están los míos como padre, que la verdad no son los más prioritarios (en eso la Ley y yo estamos de acuerdo), sí no en los derechos de Dana Lucía, que son los realmente prioritarios, Con base en los últimos hechos acaecidos con Margarita para mí es clarísimo que ella está configurando un caso de Alienación Parental (y como se ve en reciente fallo de la corte constitucional, este comportamiento se constituye como una forma de maltrato grave hacia el menor de edad), y yo como padre, estoy presenciando dicho maltrato (y sí de parte de la familia materna, no es claro que están incurriendo en dicho maltrato, espero que después de leer esto, lo empiecen a considerar) y tengo la obligación ética de hacer algo al respecto, lo primero que haré es esta carta (que haré abierta, porque al parecer las comunicaciones directas e íntimas simplemente no son respondidas), que me he demorado muchísimo en escribir porque no encontraba el tono adecuado, (aún hoy en día no lo encuentro) y seguramente habrán muchísimas críticas a este escrito y entiendo que para el que se encuentre inmerso en una “guerra” que quiere ganar a toda costa (aún a costa del bienestar de nuestra hija, porque es nuestra), en una guerra se buscarán fisuras en este escrito y se intentará usarlas en mi contra, porque tratándose del bienestar de mi hija, yo sí quiero que en la medida de lo posible ella tenga madre y padre. Y que en la medida de lo posible las relaciones entre los dos se den de manera armónica, así qué intentaré no irme a la guerra, sí mi objetivo es intentar una solución armónica.

 

Los pactos entre nosotros han sido flagrantemente rotos por parte de la madre de la niña, veamos porque lo digo:

 

Ella ha abierto un par de supuestos procesos en ICBF y en Comisaría de Familia (dicho por ella, según su respuesta escrita como se verá más adelante), y aunque efectivamente recibí una llamada de la comisaria de familia, el 12 de enero, ¡hace 2 meses y medio!!!... por cierto señora Comisaria, ¿cuál era la idea de la llamada sí no he sido notificado?, ni lo fui pese a confirmarle mi correo electrónico, a la fecha no he sido notificado (lo cual hace que sobre la práctica ambos procesos sean nulos, ¿qué sentido tiene un acto de intento de conciliación en el que no se notifica a la contraparte?), de hecho con base en nuestra acta de conciliación, efectuado con anterioridad en presencia del comisario de familia y del ICBF firmado por ambas partes en 2017 (Nro 43, de Octubre de 2017, que ya era una reclamación mía por el incumplimiento del acta de conciliación de 2016), la madre tenía la obligación de notificarme por 3 medios cualquier inconformidad, por dirección física (que está en dicha acta), a mi e-mail (tampoco llegó) y por WhatsApp, es decir ninguna de 3.

Abrir esos procesos no da derecho, como lo indicas en tu respuesta, a negar el derecho de Dana a ver a su papá y el mío como padre, a ver a nuestra hija, consúltenlo, que eso quede muy claro.

Para todos estos procesos se debe surtir la correcta notificación de las partes, de acuerdo a lo expresado por la Ley 1437 de 2011 - artículo 69.

Reitero que el acuerdo firmado por las partes sigue vigente hasta que no se llegue a un acuerdo diferente entre las partes o una instancia judicial debidamente surtida, notificada y resuelta determine lo contrario. (Reitero: no por haberlos supuestamente abiertos, yo ya Dana Lucía y yo ya perdimos nuestros derechos).

 

No entiendo porque la madre de Dana al responder la solicitud de estar unos días con Dana Lucía asevera: “Dado que ya usted está mostrando interés de crear un vínculo emocional con la niña…” Pues dicho interés ya había sido de sobra manifestado, no sólo en mi escrito de diciembre (última vez, y que fue simplemente ignorado por la madre, violando nuevamente nuestra acta de acuerdo, en la que se comprometía a dar oportuna respuesta a cualquier requerimiento que hiciera acerca de Dana Lucía), sí no también en múltiples ocasiones durante la pandemia, las cuales, tampoco fueron satisfactoriamente respondidas.

 

Como ya dije, la madre inicia su comunicación hablando de dos procesos, sobre los cuales no he recibido a la fecha ninguna notificación, y argumenta que hasta no finiquitar dichos procesos no permitirá que se vea a su hija y desconoce el facto legal, que mientras no se ordene lo contrario, el acuerdo vigente es el firmado por las partes en Octubre de 2017, además existe una custodia compartida, y ese hecho está flagrantemente ignorado por parte de la madre como sí alguna autoridad judicial le hubiera concedido la custodia exclusiva.

 

 

Recuento algunas de las múltiples violaciones a dicho acuerdo:

 

1.       Al negarse en múltiples ocasiones a responder el teléfono, desde marzo pasado (sin luego devolver la llamada), al negarse a responder el mensaje de diciembre de 2020 en forma oportuna (a la fecha aún no lo ha hecho, o peor aún sí la respuesta fue la del 11 de febrero), viola el principio de oportunidad de informar y mantener los canales abiertos acordados, ya que en esa misma reunión, la señorita Margarita persistió en mantener su cuenta de Facebook bloqueada y arguyó que con la línea telefónica, su correspondiente de WhatsApp, su correo electrónico y su dirección física era suficiente, tanto para mantener contacto, como para una eventual notificación.

 

2.       Al informarme por primera vez, en su misma respuesta por escrito del 11 de febrero que la niña lleva un año sin reconocerme como figura paterna y así mismo informarme del supuesto acompañamiento psicológico del hogar de Bienestar familiar "casa de la Providencia", está reconociendo el no haber informado oportunamente. Como había quedado consignado por escrito en el acuerdo ya mencionado. Sobre cualquier tema que tuviera que ver con Dana Lucía.

 

 

3.       De igual forma, siendo el 8 de marzo de 2020 la última vez que vi físicamente a Dana, justo antes del inicio de la Pandemia a finales de marzo del mismo año, a partir de Abril de 2020, no volví a recibir ningún reporte de la salud de Dana Lucía, con la excepción  del texto informal en el chat, sobre el golpe que recibió en la frente cuando se intentó la video llamada del 1 de mayo que sirvió como justificación para romper el contacto, porque supuestamente era Dana Lucía quién ya no quería hablar conmigo y responsabilizándome de paso por el hecho.

 

4.       El pasado 8 de diciembre Margarita contrajo nupcias y desde esa fecha, o antes, no lo sé porque nunca fui informado Dana cambió de domicilio, ahora presumiblemente vive con un padrastro y un hermanastro y nuevamente nunca he sido informado de estos eventos, los conozco porque fueron profusamente promocionados por redes sociales (incluyendo los estados de WhatsApp, única red en la que seguimos conectados). El no haber informado de esto constituye nuevamente una clara violación a lo acordado.

 

 

5.       Por el tenor de la comunicación, por decisiones unilaterales, tales como no contestar tampoco a los abuelos paternos y a la tía paterna de Dana (mí hermana: Alba Marina Gil Diez), y cuando fueron en diciembre de 2020 a Sevilla, específicamente a llevarle los regalos de navidad de la familia paterna a Dana Lucía, y luego de hablar con la abuela materna de la niña esta comunicó de parte de la madre, que podían ver a la niña pero sólo por el lapso de tiempo de una hora y bajo la constante supervisión de la abuela materna, lo cual es también una clara violación a lo previamente acordado y un condicionamiento de los derechos de los abuelos y de la niña.

 

 

Por último quiero dejar constancia, de dos cosas, a la fecha me encuentro al día en las cuotas alimentarias que se han venido pagando puntualmente, que los actos y la forma de comunicar de la madre de la menor, parece tender a un claro sesgo, con la evidente intención, como ya lo dije en mi escrito del 16 de diciembre, de anular la figura paterna mía, y eso es maltrato contra Dana Lucía.

 

 

Atte.

 

Alvaro Gil

 

Escritos previos, rememoro los últimos escritos entre las partes:

 

El pasado jueves 11 de Febrero, le escribí por WhatsApp el siguiente texto a las 8 pm:

Buenas noches, mi madre te estuvo llamando, para su cumpleaños (que fue el martes) querían invitar a la niña porque se fueron al Club de Promédico y allí hay piscina y juegos infantiles, se quedan allí hasta el domingo, pero la tía sigue con ganas de ver a la sobrina, y la idea sería pasar por Dana Lucía el próximo jueves (yo también estaré), para que pase unos días con la familia paterna.

 

Respuesta de Margarita a nuestra petición de recoger a la niña, escrita ese mismo día a las 11:09 pm (transcrita literalmente incluyendo errores tan evidentes como enunciar mal la fecha del día en qué lo escribe):

[11:09 p. m., 11/2/2021] Margarita: Álvaro, para la fecha de hoy 11 de enero del 2021, hay dos procesos abiertos: uno en bienestar familiar referente al tema de visitas y  vacaciones, el otro en comisaría de familia referente a la orden de protección.

Para acercarse a Dana Lucía y crear el vínculo emocional entre ella, usted y su familia es esencial resolver estos dos procesos por el bienestar de ella y tener un acuerdo firmado entre las partes.

Así que por el momento yo como madre, quien tiene la custodia y el cuidado personal permanente de la niña, hasta que no estén resueltos estos dos casos no permito el acercamiento a mi hija, hasta que una autoridad no de su fallo en los procesos pendientes.

Dado que ya usted está mostrando interés de crear un vínculo emocional con la niña, por el bienestar de ella se debe hacer atravez de un acompañamiento psicológico, que lo ha venido brindando la institución donde está estudiando la niña en este momento: el hogar de Bienestar familiar "casa de la Providencia", donde conocen el caso de Dana Lucía y le han estado prestando este último año, ayuda psicológica  a ella y a mi. Donde se le extiende a usted también, dado el caso que Dana no lo reconoce a usted como una figura paterna.

Ya que usted va estar aquí la próxima semana, acérquese a comisaria de familia para poder resolver los procesos que están en curso en este momento y conozca sus derechos, obligaciones y deberes con Dana Lucía."

De entrada le contesté esto: [7:57 p. m., 13/2/2021] Alvaro Gil:

Es curioso que tú hayas abierto ya dos procesos y yo solo hasta ahora me entero, me llamaron hace casi un mes de la comisaría de familia a contarme que habías abierto un proceso por difamación y violación a tú intimidad por una o dos publicaciones que puse en mi muro de Facebook, quedaron de enviarme los detalles por escrito y hasta el sol de hoy, hemos llamado y allá tampoco atienden llamados (igual que tú, igual ya sabemos tu propensión a mentir respecto de los temas conversados y por eso prefiero que TODO quede por escrito), lo mismo digo respecto de la ayuda psicológica que les están brindando en dicha institución, has sido negligente respecto de informarme hasta esos grandes detalles, y otros como que te casaste, cambiaste de domicilio y demás, es triste que hayas decidido dejar sin papá a Dana Lucía, cuando de mi parte sólo ha habido buena disposición, amor y apertura al dialogo.

 

Respecto de la respuesta de Margarita, antes, el pasado 16 de diciembre, le envié este mensaje:

 

Te acabo de enviar los $nnn mil pesos del mes de diciembre (con prima incluida), te felicito por tu matrimonio, pero justamente por eso necesito hablar contigo, me tienes anulado como padre y no me parece para nada algo correcto.

No he vuelto a saber nada de la niña, ni he recibido fotos, ni he tenido ningún tipo de contacto con ella, no es para nada admisible que sigas con la “disculpa” del 1 de mayo (¿te das cuenta que ya estamos en diciembre?), de que es la niña la que no quiere hablar conmigo.

Me encantaría entender cuáles son tus intenciones y que esperas que pase, porque de mi parte simplemente quiero seguir siendo el papá de Dana Lucía (y no el "papá Alvaro", de verdad ese detalle nunca me ha gustado, ¿quién es entonces el “papá” a secas?), sí alguien necesita un complemento para ese nombre sería el "Papá José Ricardo", que por mí, está muy bien, ojalá seas feliz (Y de verdad, te deseo todas la felicidad del mundo y ello redunde en beneficio para todos), pero te comunico, en forma explícita, porque al parecer no has tomado conciencia de ello, lo que has venido haciendo no está para nada bien.

Adicionalmente y en concordancia con el tema, de tus actos de los últimos meses, yo no tengo ningún derecho a prohibirte nada (y de paso te comunico que tú tampoco a mí), pero algo tan grande como que Dana Lucía se va a vivir con un padrastro y un hermanastro cambiando de residencia y de núcleo familiar (así sea en el mismo edificio en otro apartamento), sí debía al menos, ser comunicado, sí yo fuera un machistoso de esos que te hubiera amenazado sí tenías a otro, o alguna huevonada de esas, entendería, pero ese nunca ha sido el caso, te pido que seas sensata y recuerda que Dana sigue siendo hija de los dos, y que aunque no te guste, a los ojos de la ley, tengo exactamente los mismos derechos sobre ella que tú.

De momento, y porque siempre he pensado en el bienestar de Dana Lucía (más que tú, que siempre te la pasas presumiendo que ella es tú máxima prioridad, pero al mismo tiempo la estás dejando sin padre), me parece correcto que siga contigo (en verdad valoro, lo mucho que has hecho por ella), pero siempre y cuando ello no implique que me sigas anulando, porque quedarse sin el cariño de toda su familia paterna (por ejemplo nunca llamaste al abuelo Checho a felicitarlo por el cumpleaños y de repente ya son meses sin que envíes fotos ni contestes llamadas, ni a mi hermana, ni a mis padres), reitero todo esto, porque quedarse sin el cariño de su padre, su herencia cultural paterna y toda la familia, no lo considero el máximo bienestar para la niña y sí vas a persistir con lo ocurrido este año, en ese caso tendría que tomar medidas al respecto y es lo último que querría hacer.

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