Ser la Fuente
“Debes ser la fuente”, es una expresión
común en los talleres de liderazgo, si quieres que algo pase, tú debes ser quién
origine dicho comportamiento, tendencia, momento, etc.
Hay una caricatura que me encanta (está debajo
de este texto), una madre pegada a su celular, junto a su hijo, haciendo
exactamente lo mismo, le pregunta a otra madre que está leyendo un libro, con
su hijo igualmente leyendo (su propio libro) y ella pregunta: “¿Y usted cómo
hace para el suyo lea?”.
Así con la explicación con
plastilina, la mayoría de nosotros entendemos, me dan risa esos padres que
pretenden que sus hijos se alimenten sanamente mientras ellos se comen una
pizza, o que hagan deporte mientras ellos nunca se despegan del sofá, la
Televisión y adicionalmente el celular.
Desde fuera se ve muy claro, debes
ser ejemplar sí quieres un comportamiento determinado en tu hijo, ellos aprende más de lo que ven hacer, de lo que se les dice, cuando nació
mi hija, Dana Lucía en Septiembre de 2016, el universo conspiró y empecé a
encontrarme “de forma casual” con varios ex compañeros de Karate, varios de los
cuales, habían regresado después de varios años a la práctica deportiva, y
terminé regresando a practicar Karate Do (después de sólo 19 años de receso),
desde inicios de 2017, no fue la única razón, es una excelente disciplina
deportiva, espiritual y mental (totalmente integral, es decir hay mil y una
razones buenas para mí mismo independientemente de todo lo demás), pero la
principal sí fue Dana Lucía, no sólo para estar más o menos en forma en la muy
difícil misión de lidiar con un menor (cargarlo, jugar, etc. Los padres de
niños pequeños saben que estar con un menor es un deporte extremo que requiere
un físico de acero, obviamente sí intentas seguirle el ritmo, siempre está la
tentación de sentarlo frente a un televisor y descansar, yo le he seguido el ritmo siempre que he tenido la oportunidad de estar con ella, pero
nunca más de dos o tres días seguidos (mi record personal son 5 días a principios de 2020) y todo esto después de 3 años de entrenamiento juicioso y he quedado de catre, mis respetos para su mamá que ahora con el confinamiento la ha tenido de tiempo completo).
Sí no también con el objetivo de
lograr que en un futuro Dana también practique Karate Do, un conocido a quién
le comenté este objetivo me dijo: “Valiente pendejada, sí usted quiere que su
hija practique Karate, pues cuando tenga la edad la inscribe y la lleva y
listo, no es necesario que usted también lo haga” (evidentemente él está del lado
izquierdo de la imagen preguntándose cómo se hace para lograr que el hijo lea).
No es el único tema, la alimentación, la música que escuchará, sí varios me dirán que ya aprenderé, a mí de niño me aburrían infinitamente los boleros que ponía mi padre, hoy los amo, por supuesto hay muchas cosas que yo escucho hoy en día que a él no le gustan, pero curiosamente algunas de mis canciones le han gustado a mis padres debido a mí, es un aprendizaje de doble vía, yo miro muchos de los programas infantiles que ve mi hija, necesito entenderla, y ¡son muy divertidos! además de educativos.
Y cuando digo que es de doble vía me acuerdo de un caso muy llamativo que conozco de primerísima mano, un amigo mío hizo lo que decía el señor mencionado más arriba, llevaba a su hijo a clases de Karate al Condor Club de la liga de Karate Do de Bogotá (en la avenida 68 al sur de la Calle 63, costado occidental, entrenamos en un antiguo parqueadero, frente a la avenida al aire libre), gracias a la genialidad de nuestro Sensei, Carlos Botero, el tercer día el Sensei invitó al padre a que se uniera a la clase del club (sábados y domingos de 8 a 10 am), en vista que debía quedarse esperando las dos horas mientras el hijo terminaba le pareció buena idea, empezó Karate a los 49 años (mi edad actual) y hoy 10 años después (con 59), él y su hijo están en cinturón marrón y los tres estamos relativamente próximos a pasar a cinturón negro y ambos han sido campeones distritales en sus respectivas categorías, lecciones valiosas de vida.
En definitiva y para no hacer más largo este post innecesariamente, si quieres lograr algún comportamiento en un hijo tuyo, debes ser fuente, come saludable, haz ejercicio, lee, escucha buena música, algo de todo ello quedará como parte de tú legado.
No es el único tema, la alimentación, la música que escuchará, sí varios me dirán que ya aprenderé, a mí de niño me aburrían infinitamente los boleros que ponía mi padre, hoy los amo, por supuesto hay muchas cosas que yo escucho hoy en día que a él no le gustan, pero curiosamente algunas de mis canciones le han gustado a mis padres debido a mí, es un aprendizaje de doble vía, yo miro muchos de los programas infantiles que ve mi hija, necesito entenderla, y ¡son muy divertidos! además de educativos.
Y cuando digo que es de doble vía me acuerdo de un caso muy llamativo que conozco de primerísima mano, un amigo mío hizo lo que decía el señor mencionado más arriba, llevaba a su hijo a clases de Karate al Condor Club de la liga de Karate Do de Bogotá (en la avenida 68 al sur de la Calle 63, costado occidental, entrenamos en un antiguo parqueadero, frente a la avenida al aire libre), gracias a la genialidad de nuestro Sensei, Carlos Botero, el tercer día el Sensei invitó al padre a que se uniera a la clase del club (sábados y domingos de 8 a 10 am), en vista que debía quedarse esperando las dos horas mientras el hijo terminaba le pareció buena idea, empezó Karate a los 49 años (mi edad actual) y hoy 10 años después (con 59), él y su hijo están en cinturón marrón y los tres estamos relativamente próximos a pasar a cinturón negro y ambos han sido campeones distritales en sus respectivas categorías, lecciones valiosas de vida.
En definitiva y para no hacer más largo este post innecesariamente, si quieres lograr algún comportamiento en un hijo tuyo, debes ser fuente, come saludable, haz ejercicio, lee, escucha buena música, algo de todo ello quedará como parte de tú legado.
Genial! completamente de acuerdo.... sigue escribiendo!
ResponderEliminarGracias señorita, un abrazo
Eliminar